viernes, agosto 20, 2010

El frío

Lo escarcha de los polos

Lo que hay de inmenso y helado siempre vuelve por las noches y las mañanas, la voluntad de escapar no escapa a la magia de la reincidencia, no hay boleto que rechace la alegría inevitable de revolcarse en ese filo sucio que regala lo machacado como una delgada capa.- -no hay retorno del retorno.- -el sol se alza inmóvil a la tierra erecta que se menea. El alrededor ocurre diariamente y no se alcanza a despertar entre estos terrenos constantes de la conciencia oscilando su consistencia. Todo lo que sucede en este líquido es un influjo algo dogmático, en el arco que se dibuja entre los polos yace toda la posibilidad: vida como acto, aliento, pensamiento, planta e planeta- -sintético se ilumina a sí mismo, parece carecer de techo o de lunas escarchadas en su campo triste, luminoso como una heladería en la ruta, alma despejada en medio de un cangrejal, hambriento, retrocede en la noche hacia el día y eso que fue, climático igual que un climax, se rompió y se ahora rehace como un bochorno que se analiza, días o años después como causante de la excepción.- -el invierno callado en la primavera es lo que parte, obliga a mentir, no hay culebra más atrevida que ésa que se fríe en la escarcha de la madrugada y posee el aliento de las últimas proyecciones, adentro se emanan cóncavas, venenosas como un café que tira de la brida fuerte para hacernos trabajar hasta acabar lo que podríamos helar hasta la mañana- -sin noche o sin día se encandila la hilacha y por una ranura pareja y constante ocurre el pensamiento, al nivel de lo percibido está lo que se percibe, se reencuentra, indiferente se rehila el ovillo como en una rueca sin círculos ni ángulos, rueca que solo apunta hacia delante, cree en adelante, crea su porvenir, su pentagrama. Lo atraviesa como una flecha que no dio blanco y cayó agotada en busca, plena- -se trata de tratar- -la velocidad de lo impune hasta que se detenga y vuelva sobre sí y sobre la que abreva en el mismo hoyo desde donde volvemos a partir por ser parte y por entrar como un caballo en estampida sobre la propia casa y destruir la cama, ésa que nos da de soñar y nos rodea como una madre nueva para el resto de la vida, nos da de vivir- - el silencio- no tiene tono- sin tono el color se regurgita como un blanco entre negras que se agrieta, se agrisa para dar el salto a los mismos pasos pero al revés en sentido contrario, con la cañería henchida, retorcida, enarbolada a lo alto, sol, como una fuente que se plantó de raíz- -con un pelaje indefinido se toca a contrapelo y eleva la membrana hasta que le saca el jugoso silencio lubricante de un asma carraspal en el garguero de lo no dicho, nonato, vuelto imbunche hacia lo alto llueve relleno suave tóxico, como bola de pelo sintética esa piel, ese lagarto, sigue vivo en la entraña-

del 2009 pensando en cosas frías